Indiscutible. Ese es el término para calificar al nuevo campeón de la Copa Postobón de Microfútbol, Bello Jairuby Innovar 80 fue de lejos el equipo que mostró solidez, efectividad y el mejor juego en gran parte del campeonato durante el 2010.
Un gran sacrificio de seis meses cuya preparación viene de tiempo atrás tuvo el profesor Viviano Mena, hacedor de este buen grupo de jugadores de buen pie, que respetaron la filosofía de tocar la pelota y que tuvo en todos los jugadores la posibilidad de anotar los goles importantes en momentos importantes.
Arrancaron como titulares Sergio Aguilar, Edwin Grisales, Geovanny Escobar entre otros juveniles. Tras tener cuatro partidos con derrotas consecutivas, el equipo empezó a levantar con la llegada de Jorge Cuervo, Gustavo Zapata y del venezolano Carlos Méndez y a ganar partidos de manera consecutiva peleando de frente todos los partidos.
En la fase regular consiguió un honroso segundo lugar en su zona, sólo superado por Leones de Nariño, y cuarto en reclasificación después de los dos quintetos de Bucaramanga.
En las rondas finales tan sólo perdió en el arranque frente a Saeta y por la mínima. Partido en donde estuvo a punto de empatar en el último minuto de juego.
De ahí en adelante, todas las victorias fueron categóricas, las dos de revancha ante Saeta, las dos que eliminaron al cuadro nariñense (hasta ese momento superlíder y casi imbatible) y la primera victoria en la ronda final como local, a la postre la diferencia que le permitió manejar el global y ser el nuevo campeón del torneo con dos empates más.
Sufrió, pero luego gozó, recibió la compañía de ese puñado de hinchas que cruzaron cordilleras, montañas y bastantes kilómetros para sólo ver a su equipo ser vencedor y tener un buen regreso a casa con el máximo trofeo en sus manos.
El objetivo lo cumplió, la alegría es consecuencia natural de la unión y la fortaleza con la que el grupo de Jairuby Innovar consiguió ser el mejor de Colombia, sin ser tan favorito en un comienzo y enamorando a muchos casi sobre el final del camino. No hay reparos, sólo felicitaciones y que el sabor lo mantengan para que el fútbol de salón sea cada vez más un torneo profesional grande y que compita frente a frente con otros países que ya lo tienen como un orgullo nacional.
Por Julián Saldaña
CopaPostobonMicrofutbol.com – Bucaramanga
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